La zorra y la serpiente

Buenos días a todos y sed bienvenidos a Gàbia de Grills. Un lugar donde damos un relato más bien diferente de todo lo que pasa. Yo soy Jose y hoy  os traigo otra fabula de Esopo, de estas que vienen con la moraleja incluida, aunque a veces, como es esta la ocasión, creo que no están muy bien acertadas, aunque, como es normal, no voy a reparar en dar mi punto de vista.

En esta ocasión vamos a hablar de la fábula de la zorra y la serpiente.

Empieza así.

Era un día soleado y caluroso, de esos días que las serpientes salen de sus escondites con tal de encontrar algo que echarse a la boca. Pues bueno, parece que la serpiente había conseguido zamparse algún que otro bocado y se encontraba durmiendo en una higuera cerca de un camino.

Por un casual, en esos momentos, pasaba por el camino una zorra que vio a la serpiente y claro, envidiosa que es la zorra quería ser como la serpiente, quería tener el  cuerpo como la serpiente, largo y flexible.

Y a eso se puso con tal de conseguirlo, se echó al suelo y empezó a estirarse así y asá, dando vueltas hacia aquí y hacia allá, estirando y volviendo a estirar, llevando a su cuerpo hasta el límite de su resistencia.

En uno de tantos movimientos la zorra, por decirlo de alguna forma, se rompió, no es que se rompiera, sino que se provocó una lesión muscular dejándola inmóvil en el sitio, todo ello por su terca vanidad de intentar ser lo que no es.

La moraleja del cuento dice que no imites a los más grandes, si aún no tienes las condiciones para hacerlo, aunque yo por mi parte creo que la moraleja seria que no intentes ser aquello que no eres, ya que es imposible que puedas llegar a serlo.

Sin más me despido de todos vosotros hasta la próxima entrada y si os gusta lo que leéis, por favor, suscribíos, compartid y difundid por vuestras redes sociales. ¡¡Hasta luego!!

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