Pero claro, nunca llueve a gusto de todos y una zorra se puso celosa por no ser ella la elegida. Merodeando por aquí y por allá, la zorra vio un cepo que tenía comida y rauda, ingenió un plan. Llevó allí al mono, coronado ya rey, diciéndole que había encontrado un tesoro digno de reyes, pero que en vez de llevárselo, prefirió avisarle para que fuese él mismo quien lo consiguiese, ya que el mono, al fin y al cabo era el rey.
El mono, que después de bailar tanto y de tanta coronación, debía tener hambre, se arrimó al trozo de comida sin fijarse en el cepo y quedó atrapado.
En ese momento, el mono se volvió hacia la zorra acusándolo de tenderle una trampa y la zorra le contestó: "¡Eres muy tonto, mono, y todavía pretendes reinar entre todos los animales!".
La moraleja nos viene a decir que no nos lancemos a una empresa sin haber antes calculado todas las posibilidades que puedan suceder (éxitos o fracasos).
Sin mucho más que contaros en esta fábula me despido de todos vosotros hasta la próxima entrada, nos leemos...
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